Cuando narramos un cuento a los niños-as sin mostrar imágenes, sólo utilizando nuestra voz les permitimos recrear por sí solos la aventura que están escuchando, dando espacio a su imaginación, favoreciendo la concentración, comprensión y nutriendo su vocabulario.
¿Cómo podemos elegir un cuento adecuado?
Edad del niño-a: Si la edad fluctúa entre los 2 y 3 años lo ideal es que sean narraciones cortas y repetitivas (cuentos rítmicos). A medida que van creciendo (desde los 3.5 años) podemos ir ofreciendo relatos más largos y complejos.
Cantidad de personajes: Entre los 2 y 3 años, se espera que las narraciones no superen los tres personajes. A partir de los 3 años y medio pueden estar presentes entre cuatro a cinco personajes.
Duración: La extensión del cuento va a depender de la capacidad de atención, entre 2 y 3 años debe durar entre 3 a 5 minutos y entre los 3 a 5 años, el rango de tiempo no debe ser mayor a 8 minutos aproximadamente.
Estación del año, festividad y ocasiones especiales: Lo ideal es contar cuentos acorde al momento que está viviendo de esta forma lo puede relacionar con su entorno, por ejemplo, pueden ser de: estación – verano; temporada – navidad; ocasión especial – cuento de cumpleaños. Los cuentos introducen o ayudan a los niños-as a situarse en el contexto.
- El ideal es contarlo de manera periódica todas las noches antes de que se duerma.
- El ciclo de la narración será de 2 a 3 semanas, para que así cumpla su objetivo, pudiendo el niño-a profundizar en los detalles e imágenes del cuento.
- Durante la narración es importante estar tranquilos, respirar, dar pausas respetando los puntos, manteniendo la neutralidad y no exagerar las emociones.
- Estar concentrados durante el período que dure el cuento, intentar no pensar en lo que deben hacer después o lo que tienen pendiente.
- Evita las interrupciones, por ejemplo, entrar a la habitación donde se desarrolle la narración o pararse a buscar otra cosa.
- Deja en silencio tu celular.
- Si se equivocan en la narración, sigan en lo que están, no se detengan a dar explicaciones o disculpas.
- Evitar las preguntas sobre lo que entendió del cuento. Deja que el relato se convierta en cuento.
- La narración ojalá sea desde una hoja impresa para evitar que el celular o una pantalla se interponga entre ustedes y este bello momento con su hijo-a.
“Esos cuentos que repiten, son casi un juego. Lo que se repite, lo que se puede anticipar, da seguridad. Pasar una y otra vez por una experiencia le permite al niño-a conquistarla, disfrutarla y modificarla de a poco, a su ritmo de crecimiento”.
Extraído del libro “Creciendo con amor” de la Editorial Antroposófica